OTOÑO Y RESFRIADOS
Independientemente de lo que nos guste o no la llegada del otoño, lo que es innegable es que es un momento propicio para pillar un enfriamiento de la manera más tonta. En Málaga, durante el día y a pleno sol hace todavía caloren relación a otros lugares del país, prueba de ello son las conexiones en directo que vemos en televisión desde otros puntos de España, donde el presentador lo podemos encontrar poco más o menos que forrado en un chaquetón o, cuando menos, estrenando temporada de jerséis.
Pese a la bonanza de nuestro clima, la verdad es que en el transcurso de los días existen contrastes de temperatura que nos pueden jugar malas pasadas en forma de resfriados. Contra esta amenaza, contamos en nuestras casas con un arma muy poderosa que actúa de aliado nuestro en la lucha contra los virus, la cuchara.
CUCHARA, PODEROSA ALIADA
Efectivamente, es el momento de reencontrarnos con ella en el más amplio sentido de la palabra y retomar la costumbre de los guisos, las sopas y las cremas calientes.

Cualquier idea de acompañamiento es susceptible de ser aceptada, de lo que no pueden olvidarse es de la cuchara. Éste y no otro es un ingrediente obligatorio del que no me cabe duda que no se olvidarán, aunque yo no les avisara.
Un abrazo.
INGREDIENTES
4 calabacines,1 muslo o 1 caparazón de pollo,100 grs. de queso en lonchas,
2 Patatas,1 nabo,1 puerro,
1 zanahoria,6-8 espárragos trigueros,1/2 vaso de nata líquida,
Agua,aceite virgen extra,sal

Una vez que obtengamos el caldo, cortamos en láminas los calabacines sin pelar y las patatas cortadas en daditos, aunque éstas si las pelamos. Tras la manipulación, salteamos en una cacerola los calabacines en un poco de aceite de oliva y le agregamos el caldo colado y desgrasado, así como las patatas y lo dejamos cocer hasta que las patatas estén blanditas. Una vez que la verdura esté en su punto, trituramos con la batidora añadiéndole la nata liquida y pasamos por el colador chino para que nos quede una crema muy fina.
Tan sólo nos queda colocar en platos soperos la crema, espolvorear con queso rallado y meter en el horno a gratinar el tiempo que sea necesario, para que se funda el queso y se dore. Mientras están en el horno los platos, salteamos en una sartén con aceite muy caliente los espárragos trigueros que vamos a poner de guarnición sobre la costra de queso gratinado. Si nos gusta, podemos trinchar perejil fresco y espolvorearlo antes de servir.
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