miércoles, 16 de enero de 2008

COMPOTA DE BATATAS Y MANZANAS


INGREDIENTES, UN POCO DE HISTORIA Y PREPARACIÓN...

½ Kg. manzanas, ½ Kg. De batatas, Azúcar,
Canela en rama 1 clavo de olor, Agua,
Limón.


La semana pasada les escribía acerca de lo asombroso que es el paso del tiempo en las personas, sobre todo cuando tenemos referencias del tipo Navidad, Semana Santa…etc. que nos marcan las pautas del paso del mismo. Otra cosa que es demoledora en relación a esto, es el observar como crecen los niños a nuestro alrededor y el cambio que van experimentando con ello. En relación a los niños, como padre tengo a diario el espejo de mis propios hijos ante a mí, pero éste no resulta tan certero cuando se mira a diario, como yo lo hago con mis hijos. Otra cosa es ese niño que uno ve de tarde en tarde y que sorprende lo que crece, viéndolo de cuando en cuando, o esa persona que se ha conocido desde pequeña y que, casi sin que nos demos cuenta, resulta que ha madurado hasta el extremo de que hoy día es padre o madre como tú mismo y parece que fue ayer cuando jugábamos juntos de rodillas en el suelo con los muñecos.


NACIMIENTO FELIZ
Acontecimientos familiares muy próximos e importantes como el nacimiento de mi sobrino Martín este pasado domingo, te hacen reflexionar sobre la vida y su paso efímero sobre nuestras existencias a modo de suspiro. Como decía renglón arriba, quien era hace poco compañera de juegos y sufridora incansable de un agotador y, a veces, torturador hermano como era yo, mi hermana Nuria, hace con su alumbramiento que te tropieces de frente con el convencimiento de que los años transcurren hasta el punto de convertir a una niña con gafitas blanco de mis bromas y fechorías allá en mi más tierna infancia, en todo una madre.
La importancia que le damos a lo que no tiene, en la carrera de obstáculos que hemos transformado nuestras vidas y la lucha para salir adelante en el modo de vivir que se ha montado a nuestro alrededor, nos hace perder la perspectiva a veces de lo único realmente importante y que merece la pena sobre todas las cosas. El cariño de unos padres a sus hijos no puede describirse con unas simples frases bonitas o una sentencia solemne que la adorne, simplemente es la pérdida de nuestro propio ser en beneficio del hijo sin ninguna vacilación ni interés, es el absoluto convencimiento de estar seguro de que, si es necesario en cualquier momento, seríamos capaces de entregar nuestras vidas por ellos. ¿Con qué persona daría usted la vida sin pensárselo, si no es con un hijo?...


RECETA CASERA
Todos estos acontecimientos me han desplazado en el tiempo a mi casa de hace unos años y me ha hecho recordar mi infancia y, por supuesto el motivo de estos artículos, las recetas de mi madre y su forma de cocinar para nosotros en casa. En la época del año en la que estamos, me viene a la cabeza una particularmente por lo apropiada y no es otra que la compota, exactamente la compota de batata y manzana, que provocaba una atracción en mí muy irresistible y que hacía que al empezar a probar, terminase con dolor de barriga a causa del empacho.

PREPARACIÓN
Etimológicamente, perdón por la palabra, el término compota proviene del francés “compote”, cuya raíz latina es “composita”, que más o menos viene a significar que de varias cosas, formamos una sola. En nuestro caso, vamos a utilizar manzanas y batatas como ingredientes principales de nuestro postre, pues es de un postre de lo que estamos hablando, acompañado de unas especias del tipo canela y clavo de olor, así como de azúcar. Por tanto, para elaborar una compota de batatas y manzanas, debemos pelar y cortar en cuadrados no demasiado pequeños, si no más bien grandes, las dos cosas y colocar en una cacerola con agua suficiente que cubra holgadamente la fruta, una rama de canela, la cáscara y unas gotas de zumo de un limón, tres o cuatro cucharadas de azúcar y un clavo de olor. Calentamos hasta el hervor y bajamos a fuego lento hasta que la batata y la manzana estén cocidas, aunque sin desmoronarse.


En el caso de que la manzana estuviese cocida antes que la batata, que casi seguro va a ocurrir, podemos ir pinchando de vez en cuando la fruta para comprobar el punto y, una vez blanda, retirar los trozos de manzana aparte para dejar cocer un rato más la batata. Por otro lado, también podemos hacer algo más sencillo, poner a cocer antes la batata sola y cuando esté a medio cocer, incorporar la manzana si lo prefieren. Una vez alcanzado el punto deseado de una manera u otra, dejamos enfriar en un bol antes de consumir.

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