lunes, 2 de marzo de 2009

MAGDALENAS RELLENAS

Si hay algo a lo que no se puede resistir quien tenga sangre en las venas, es el olor de unas magdalenas recién hechas. Llegar a casa después de un día de trabajo o una jornada escolar y darse de bruces al atravesar el umbral de casa con el aroma de una magdalena aún caliente, reconcilia a todo ser viviente con la raza humana y el porqué de su presencia en este mundo, como poco.
 
BUEN DESAYUNO
No existe mejor desayuno, una mañana de festivo para un niño, que un chocolate con churros que ha traído su padre levantándose temprano y que se toma con el pijama todavía puesto. De igual manera, una merienda a base de magdalenas caseras migadas igualmente con chocolate hace que el niño perciba toda la magia de un momento infinitamente mejor, en mi opinión, que el vivido al quitar el envoltorio a un bollycao, por muy chula que sea la pegatina que traiga.
Independientemente de cuestiones dietéticas, la ilusión que transmiten unas magdalenas hechas en casa por su madre o su padre, hacen que a un niño sepan a gloria éstas. Si me apuran algo más, si encima de hacerse en casa hemos dejado que los propios niños nos ayuden a manipular la harina y el azúcar, así como a rellenar los moldes con la masa aún cruda, seguro que les hacemos pasar un buen rato y ellos a nosotros. Por otra parte, al igual que les hemos hecho divertirse, apostaría a que les dejaremos un recuerdo que difícilmente se les olvidará: ayudar en casa a hacer magdalenas como si fuese un juego.
RECETA PARA NIÑOS
Háganme caso y aprovechen esta semana de vacaciones de los niños para que participen en la cocina, lejos de las fuentes de calor por supuesto, haciendo las tareas sencillas que puedan desarrollar por sí mismos. Se reirán un rato y nosotros también, si no tenemos en cuenta el jaleo de harina que se forma y ellos se sentirán muy satisfechos. Por otro lado, es conveniente que palpen en primera persona el esfuerzo que requiere cualquier preparación en la cocina y que no todo consiste en llegar y abrir la boca cuando se tiene hambre. Verán como cuando llegue el momento de que les metan prisa por la cena, usted les podrá recordar lo que les costó hacer unas magdalenas la otra tarde y todo lo que tardaron con ellas.

INGREDIENTES
4 Huevos, Harina Fina, Aceite de Girasol, Azúcar, 1 sobre de Levadura, Mermelada de frutas, ½ Vaso de zumo de naranja, 1 cucharada de azúcar vainillado.
La primera cuestión que tenemos que llevar a cabo, como cada vez que usamos el horno en una receta, es encender éste al objeto de que vaya precalentando a 160º. La segunda cuestión es reparar en el detalle de los pesos, que no los he dado exactamente por una sencilla razón. Esta proporción de pesos nos la va a marcar el peso de los huevos, que habitualmente suele ser unos 250 g. los cuatro, ya que una vez que pesemos éstos usaremos la misma cantidad de harina, aceite vegetal y azúcar que nos haya resultado el peso de los cuatro huevos. Por esa misma regla de tres, para hacer cualquier cantidad de magdalenas, sólo debemos fijarnos en el peso de los huevos al principio y seguir la pauta que nos marquen.
Resuelta la incógnita del peso a emplear de los ingredientes, disponemos los huevos en un bol junto al sobre de levadura y los mezclamos bien con la batidora, agregándoles el azúcar, el ½ vaso de zumo de naranja, la cucharada de azúcar vainillado y el aceite de girasol hasta que sea el conjunto homogéneo, momento en el que echamos la harina poco a poco para evitar que surjan los grumos , resultando una crema de color amarillo y uniforme.
Tras esto, sacamos la bandeja del horno y repartimos en ella los envoltorios de las magdalenas que le quepan. Ayudándonos de un cazo, echamos una primera capa de masa y, sobre ésta, una cucharadita de mermelada del sabor que más nos guste. Acabamos la operación poniendo otra cucharada de masa de magdalenas cuidando de que sólo cubra hasta ¾ partes del molde para que cuando suba dentro del horno no se nos caiga afuera el mismo sobre la bandeja.
Introducimos la bandeja dentro del horno y dejamos hornear durante un mínimo de quince minutos, momento en el que decidiremos, una vez que hayan subido, si nos gustan más o menos doradas por fuera antes de sacarlas.
En caso de que nos sobre algo de masa de magdalenas, podemos repetir la operación una vez hayamos sacado las primeras magdalenas recién hechas. En esta ocasión, podemos colocar en lugar de mermelada, una porción de chocolate de cobertura para que se derrita dentro de la magdalena mientras va subiendo dentro del horno o cualquier otro ingrediente que se nos ocurra.

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