domingo, 23 de octubre de 2011

BUÑUELOS DE CALABAZA Y ESPINACAS

BUÑUELOS DE CALABAZA Y ESPINACAS 

Escuchar las noticias o abrir cualquier periódico a día de hoy, significa exponerse a sufrir un amago de infarto en cualquier momento, de la impresión que te llevas al ver los resultados de la bolsa y las consecuencias directas que vienen hacia el ciudadano, que asiste perplejo e impotente a la paradoja que resulta de tener que poner dinero de sus impuestos cuando pierden dividendos los bancos, sin haber recibido ni un duro todos estos años atrás cuando los balances eran positivos. El haber repartido cuando la cosa iba bien, habría provocado que al poner cuando va mal no tuviésemos tan acentuada la cara de tonto que se nos está quedando a todos. Una cosa es tener cara de panoli y otra bien distinta es que nos tomen por uno de ellos, que eso generalmente, molesta. En resumen, este año, con motivo de la festividad de Todos los Santos y los Fieles Difuntos tengo una seria duda entre poner una vela al ministro de economía o a quien hace años que ya no da un ruido varios metros bajo tierra. Lo pensaré durante toda la semana.

Como estamos a finales de Octubre,  un mediodía cualquiera llega un niño a su casa después del colegio y le dice a su madre de forma atropellada, casi sin respirar por la emoción: “mamá, el viernes es Halloween, cómprame una calabaza para hacerle boca y ojos y meterle una vela encendida…” Casi sin esperar a que el niño termine, la madre le espeta a la cara una respuesta fulminante: “te voy a comprar dos, una de naranja y otra de limón…”

            La escena más o menos va a repetirse a lo largo de toda la semana en alguna que otra casa en nuestra querida Málaga, donde todo se adopta, más aún cuando a una fiesta viene ligado. Lo cierto es que la tradición de rendir culto a los difuntos no la inventaron los americanos ni los anglosajones, ni mucho menos, y es eso lo que nos hace ser tan reacios a que los niños la celebren como si de una cosa nueva se tratase, hasta el punto de casi molestarnos. Aunque si nos paramos a pensar en la cantidad de tonterías y chucherías saturadas de colesterol que le compramos todos los días a los niños, para una vez que nos piden verdura de “motu propio” no podemos negarnos; sobre todo si somos listos y accedemos con la condición que les seguiremos el juego pero pasada la celebración, nos tenemos que comer la calabaza. Apostaría doble contra nada a que el niño entra por el aro.

            La verdad es que lo de la calabaza es una historia curiosa de contar, pues es una figura que tenemos muy presente gracias al cine fundamentalmente, pero creo que no está muy claro de donde viene la tradición.

            En lo que he podido recabar, cuenta la leyenda que las calabazas vaciadas y esculpidas con forma de cara con una luz interior, se deben colocar en puertas y ventanas y son conocidas como “Jack-o” o “lanters”.

            El llamarlas “lanters”, procede del término inglés linterna, pero lo de Jack hace referencia a una antigua leyenda irlandesa que hablaba de un borracho muy popular en su localidad y que se llamaba Jack. Al morir nuestro amigo, no entró en el cielo porque era un amargado, roñoso y mísero individuo, pero hete aquí que tampoco lo quiso el diablo porque, cuando se emborrachaba, lo maldecía a viva voz. Por todas estas virtudes, Jack fue condenado a vagar como alma en pena por la tierra con una linterna en la mano hasta el día del juicio final.

           
 Sea como fuese, esta semana pretendo tan sólo que aprovechen las calabazas que seguro que van a comprar por la inercia de la fiesta de marras. Así que lo mejor es que se hagan unos buñuelos de calabaza para aprovechar el tubérculo,  que seguro que les encantará a los niños y de camino ustedes no la tiran, que está la cosa muy mala. Un abrazo.


INGREDIENTES
 400 gr. de calabaza, 400 gr. de espinacas,  3 puerros, 2 patatas,  Agua,  aceite virgen extra, Sal,  pimienta negra,  pimentón, 1 rama de perejil, 200 ml. de agua templada, 200 gr. de harina,  30 gr. de levadura prensada 

             Para esta sencilla receta debemos de tener muy claros los tres pasos que se han de cumplir, siguiendo su orden será muy fácil de llevar a cabo. Por tanto, en primer lugar vamos a preparar una masa para rebozar la calabaza y las espinacas, así que disolveremos en un cuenco la levadura prensada con agua caliente removiéndola bien para que no queden grumos. Por otro lado, disponemos otro cuenco con la harina y le echamos el agua con levadura poco a poco, amasando bien la mezcla. Una vez sea homogénea, la tapamos con un paño de cocina y dejamos que repose hasta que suba al fermentar.

Para la base del plato, que será una crema de puerros y patatas, pelaremos las patatas y los puerros y los dispondremos a cocer en una cacerola durante veinte minutos con un poquito de sal. Tras ese periodo, escurrimos y trituramos hasta que sea un puré al que debemos rectificar de sal y pimienta, reservándolo finalmente. Las espinacas las colocamos en otro recipiente a hervir, pero sólo unos cinco minutos, tras esto las escurrimos y reservamos.

            Mientras el agua estaba hirviendo, aprovechamos el tiempo pelando y cortando en bastoncitos la calabaza. Precalentamos el horno a 160º y colocamos los trozos de calabaza en una bandeja del mismo para que se asen durante veinte minutos. Una vez asada, trituramos también con un tenedor.

            Para elaborar los buñuelos de calabaza y espinaca, repartimos la masa de rebozado en dos cuencos y le añadimos a uno la calabaza triturada y a otro las espinacas trinchadas a cuchillo. Repartimos bien la mezcla y freímos ayudados de dos cucharas en abundante aceite muy caliente. Una vez fritos, los escurrimos en papel de cocina.

            Para presentar el plato, disponemos el puré de patata y puerro en el fondo del plato y, sobre éste, un par de buñuelos de cada clase por persona. Si queremos decorar y perfumar el plato a su vez, mezclamos en un vaso pequeño un poco de aceite de oliva con pimentón y regamos el plato con un hilo de éste. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario