martes, 4 de octubre de 2011

PANQUEQUES CON REQUESON

PANQUEQUES CON REQUESON

            La receta de esta semana es, para ponerles un ejemplo, como quien se llama Francisco. Esta persona puede ser llamado Paco, Paquito, Curro, Kiko…etc., pero sigue siendo el mismo, aunque varía la manera de llamarlo dependiendo si es su madre, su novia o su jefe quien lo hace.
            Sólo en España hay muchos nombres para las obleas de harina que esta semana llamaremos panqueques pero que en Asturias son frixuelos  fiyuelos o fayuelos, en Galicia freíoslos, freixós o filloas, en Castilla hojuelas y, paseando por el mundo, en Francia y toda Europa Normanda lo llaman crêpes, en Inglaterra pancakes y, por último, en Argentina panqueques.
            De un tiempo a esta parte, la innovación que ha experimentado la cocina y sus maneras de presentar los platos de siempre, han rescatado del olvido estas sencillas recetas con las que elaboran obleas de grano de trigo que son una base perfecta para cocinar platos salados o dulces y una solución muy ingeniosa en el terreno de los rellenos y las salsas. Para cualquier salsa o crema a la que se acompaña con un crêpes o panqueque, ahorramos al distinguido comensal el engorroso momento en que desea mojar pan en el plato y no puede porque la reunión y sus formas no lo permiten. Ayudados de un cuchillo y un tenedor, mojamos cuanta salsa queramos y nadie nos puede tachar de tragones puesto que el panqueque no tiene otra manera de comerse.

            La utilización del grano molido para hacer masas que se fríen u hornean viene desde que el hombre es hombre y procede de las culturas más ancestrales que no tenían una religión procedente de una revelación divina, léase Cristianismo con Jesús o Islam con Mahoma por ejemplo, y que adoraban aquello que les permitía seguir con vida, la naturaleza y sus ciclos estacionales con el fruto de los campos. De esta manera, adoraban a lo más elemental que conseguía mantener alimentado al pueblo, la Tierra y el Sol. Por tanto, con las obleas daban forma al fruto de la madre naturaleza, el grano.

            No cabe duda que, partiendo de la base de la adoración homeomórfica, cada zona del planeta ha acompañado la elaboración de las tortas con lo que había a mano, dando lugar a miles de recetas y variedades dependiendo de la guarnición o salsa que se aplicase.

            La receta de esta semana es un ejemplo más de lo que vengo diciéndoles donde podemos observar que la utilización de elementos grasos indican que procede de una cultura bien europea o sudamericana, que es el caso precisamente, donde la ganadería está desarrollada y permite derivados cárnicos y lácteos con los que desarrollar ese tipo de recetas.  

INGREDIENTES

200 g. de garbanzos,  150g. De requesón, 100 g. De beicon, 1 diente de ajo,
 ½ cebolla,   2 huevos, 70 g. de harina,  30 g. de mantequilla, 1.5 Dl. de leche
1 Dl. de vino blanco,  1.5 Dl. de nata,  nuez moscada
100 g. de queso rallado, Aceite de oliva,  sal y pimienta, Cebollino fresco       

            Para esta sencilla receta vamos a necesitar hacer un relleno y una base para rellenar, que será el propio panqueque. Por tanto, vamos a cocinar primero el relleno y para ello pelaremos y picaremos la cebolla y el ajo, para luego rehogarlos en una sartén ancha.

Cuando estén pochados, le incorporamos el beicon troceado muy menudito y le damos unas vueltas. Por otro lado, los garbanzos podemos cocerlos en agua con sal o utilizar los de bote que vienen en remojo ya cocidos, que es más cómodo para esta receta. Una vez que tengamos los garbanzos cocidos, los trituramos muy finos con la batidora, los echamos en la sartén hechos puré además del requesón y le damos unas vueltas. En caso de no encontrar requesón una tarrina de queso de untar tipo Filadelfia también nos puede servir.

Con el relleno hecho, vamos a preparar el panqueque mezclando los huevos con 25 g. de mantequilla derretida, harina, leche y un poco de sal en el vaso de la batidora hasta que sean una crema fluida. Tras esto, engrasamos una sartén con una pizca de aceite y echamos un cazo de mezcla hasta que se cuaje de un lado. Damos la vuelta y doramos por el otro lado y reservamos. Repetimos la operación hasta acabar con la masa.

Una vez conseguidos el relleno y los panqueques, colocamos una cucharada del relleno que habíamos preparado en cada torta y las enrollamos doblándolas desde las puntas hacia dentro y enrollando.
Por último, disponemos todos los panqueques rellenos en una fuente de horno e introducir al mínimo para que se calienten mientras hacemos una salsa.
Crêpe Suzette (dulce)
Para la salsa no nos vamos a complicar mucho, calentamos vino blanco en una sartén hasta que reduzca junto al cebollino fresco trinchado y le incorporamos nata. Dejamos que cueza a fuego lento un momento mientras sacamos los panqueques del horno y cubrimos éstos con la salsa, además de espolvorear queso rallado encima. Volvemos a meter en el horno al máximo para que gratinen unos cinco minutos y listos para servir recién hechos. Realmente deliciosos.

           

1 comentario: