lunes, 24 de noviembre de 2014

FERIA DEL VINO Y LA ALIMENTACION MEDITERRANEA 2014

SHOW-COOKING Y MARIDAJE: "LA GASTRONOMÍA "SABOR A MÁLAGA" A TRAVÉS DE SUS COMARCAS"
En el marco del Palacio de Congresos de Torremolinos, se ha celebrado la 15º Edición de la Feria del Vino y La Alimentación Mediterránea 2014 con enorme éxito de público. 
Dentro de la misma, se han celebrado diversos eventos en torno al eje central de la Feria con enorme interés para los asistentes. Destacan entre ellos las distintas catas magistrales que se han llevado a cabo de la mano de prestigios Sumilleres de la talla de Custodio López Zamarra,David Ferrer, Juanma Galán,Sergio Vergara o Juan Miguel Rubio.

Como broche de oro, hemos asistido a un Show-Cooking con Maridaje organizado por Sabor a Málaga en el que se dieron cita los siguientes Chefs en representación de sus respectivas comarcas, mostrándonos la versatilidad y calidad de los productos agroalimentarios de la provincia de Málaga. 

- Gastronomía de la comarca de Antequera: David Muñoz, Chef corporativo del Hotel Convento La Magdalena y Hotel Antequera Golf




-Gastronomía de la comarca del Valle del guadalhorce: Francisco Ruiz, Chef del Restaurante Casa Paco.

-Gastronomía de la Comarca de la Axarquía: Julio Galacho, Jefe de cocina de Mulsa Bar & Restaurant

-Gastronomía de la Serranía de Ronda: Guillermo Serrano, Jefe de Cocina del REstaurante Pedro Romero

-Gastronomía de la comarca de Málaga-Costa del Sol: Rafael Gutierrez, chef corporativo de la Bodega Bar El Pimpi

jueves, 20 de noviembre de 2014

ALBÓNDIGAS EN SALSA DE NUECES MALAGUEÑAS

ALBÓNDIGAS EN SALSA DE NUECES MALAGUEÑAS
             Para la mayoría de nosotros, el otoño representa una estación donde nos despedimos de la playa de Málaga, el buen tiempo, las barbacoas, los niños vuelven al colegio con el consiguiente gasto de libros, nos vienen los cargos de la visa con el dispendio del verano…etc. En definitiva, que no es una etapa del año muy alegre que digamos; en cambio, si lo miramos desde el punto de vista gastronómico la estación en la que nos encontramos es de las mas interesantes, pues la explosión de los frutos secos otorga,  a quien sabe sacar provecho de ello, una oportunidad de disfrutar de uno de los mayores placeres, cocinar con frutos secos.
          
  En el caso de las nueces que nos ocupan esta semana, los meses de noviembre y el de diciembre son donde se consume el 85% de lo que se gasta en todo el año, casi nada. En mi opinión, las nueces y las almendras son los frutos secos mas elegantes que podemos usar para elaborar platos en nuestra cocina. En la cocina mediterránea son elementos muy presentes pues aúnan propiedades organolépticas que le otorgan paladar propio cuando de cocinar de forma relevante se trata. Tanto en guisos como en salsas, en repostería o en ensaladas los frutos secos son un acompañamiento ideal para combinar sabores que se realcen  entre si. Por ejemplo, en mi cocina utilizo mucho las nueces pues son mis preferidas en crudo si de una ensalada se trata o de acompañar un queso curado. En cambio, si hemos de hacer una salsa es la almendra mi preferida pues es ideal dentro de la cazuela.
           
Si nos centramos en la protagonista de esta semana, la nuez, desde el punto de vista dietético posee un amplio catálogo de vitaminas y minerales que nos proporcionan ventajas para la salud muy interesantes. La vitamina B que tiene nos ayuda a combatir la fatiga física, la B6 el síndrome premenstrual y, por supuesto, de todos es sabido que comer un puñado de nueces de vez en cuando nos ayuda a disminuir el colesterol en la sangre, pues son ricas en grasas de calidad que se llaman ácidos grasos poliinsaturados. El conocido colesterol “malo”, técnicamente colesterol – LDL, es normalizado gracias al omega 3 que tienen las nueces, así como también tienen el conocido omega 6 que regula los triglicéridos para defender al cuerpo humano de la hipertensión.
Con todo lo visto llegamos a la conclusión que las nueces no pueden faltar en casa, háganme caso, aunque me gustaría recomendarles finalmente que cuando las comamos, seamos minuciosos al masticarlas pues su digestión es muy laboriosa.
En Málaga podemos vanagloriarnos de tener una nuez propia, la Malagueña, que es fruto de los nogales de La Axarquía y mucho más tierna y dulce que la famosa californiana y que provoca una explosión de sensaciones a quién la prueba.
Espero que la receta de esta semana sea de su agrado. Un abrazo.

INGREDIENTES

750 g. de ternera  picada, Aceite de oliva, 125 g. de nueces(mitad de California y de Málaga), 1 vaso de leche, Miga de pan, 1 huevo, 1 limón, Sal, Pimienta, Harina fina, ¼ l. De caldo de carne, Nata líquida

           
La base de esta receta, es tener claro el concepto con el que la vamos a preparar que no es otro que hacer unas albóndigas de la manera tradicional, pero cambiando los ajos crudos por nueces, así de sencillo. Para ello debemos preparar una sartén con aceite de oliva donde sofreiremos las nueces peladas hasta que se doren, con esto conseguimos un aceite aromatizado donde cocer  las albóndigas y que las nueces tengan sabor a estar cocinadas.
            Con las nueces rehogadas y bien escurridas, disponemos un bol con éstas, la leche y la miga de  un trozo de pan asentado, removiendo y machacando el conjunto hasta que el pan absorba la leche y las nueces estén machacadas. Cuando lo hayamos echo, añadimos la carne picada, el huevo batido y del limón obtenemos su zumo y la ralladura de éste, que también la uniremos al conjunto para mezclar todo a conciencia, sazonándolo con sal y pimienta negra.
           
Con la masa de las albóndigas ya conseguida, pasamos a hacer unas bolitas, no demasiado grandes para que no se queden crudas por dentro,  usando las manos llenas de harina, en lugar de amasar las bolas y pasar después por harina. Una vez que tengamos las bolas echas, las reservamos y nos preparamos para hacer la salsa donde coceremos las albóndigas posteriormente.
           
Para la salsa colocaremos una cazuela al fuego con aceite de oliva del que habíamos usado para rehogar las nueces. Cuando esté caliente, le añadimos harina fina y removemos con una varilla hasta que se haga una pasta suelta, que nos servirá para ligar el caldo de carne que incorporaremos y que hemos de dejar hervir unos minutos a fuego lento hasta que espese, momento en que añadiremos las albóndigas para que cuezan en la salsa una media hora.
            Cuando transcurran unos diez minutos, añadimos nata líquida a la salsa y continuamos con el hervor suave dando un movimiento de vaivén a la cazuela para que se monte la salsa ligeramente. Probamos por si fuese necesario rectificar de sal y espolvoreamos con perejil fresco recién trinchado, justo antes de servir.

             

jueves, 13 de noviembre de 2014

ROSCOS DE VINO MALAGA

ROSCOS DE VINO MÁLAGA

Cuenta  la tradición de nuestros pueblos que hace muchos años, se colgaba en la puerta de la amada pretendida por el mozo una retama fresca en señal de amor sincero y respeto hacia su familia. Si esta declaración era correspondida con el favor futuro de la moza, en rúbrica de aceptación de la familia hacia el pretendiente se preparaban unos roscos que se comían en la cita en la que entraba el joven por primera vez en casa de su futura esposa. Por este motivo, cuando no conseguimos acertar con la gracia de nadie ni somos correspondidos con el amor que derrochamos, decimos que no nos comemos un rosco en señal de fracaso total.
            Como no quiero que se marchen sin comerse un rosco de estas páginas, les propongo una receta en la que podemos atacar sin el miedo a rellenar nuestras arterias de colesterol del malo, pues originalmente se hacían con manteca de cerdo y aquí lo hemos sustituido por aceite de oliva con el consiguiente beneficio cardiovascular y sin restar un ápice del sabor de toda la vida. Además de todo ello, como no podía ser de otro modo en Málaga, el vino que vamos a utilizar es un moscatel de Moclinejo.
          Recuerdo con añoranza el camino que recorría a diario desde mi casa en calle Esperanto hasta el instituto, que estaba en el barrio de Capuchinos por la zona de El Ejido. A mitad del trecho, pasaba por la Plaza de Bailén en la que desembocada una calle llamada Calzada de la Trinidad donde había una fábrica de Roscos de vino que embriagaba de perfume de horneado durante meses a todo el que pasaba.   
                 Una última cosa, las fantásticas fotos son de Lola Homar y de su blog lolacocina.


INGREDIENTES


500 gr. De harina de repostería, 100 + 150 grs. De azúcar glass, un chorrito de aguardiente dulce, 200 ml de aceite de oliva, un vaso de caña de vino Málaga moscatel, ralladura de un limón, una cucharada sopera de sésamo tostado, una pizca de canela en polvo, piel de limón
                   






 En primer lugar, precalentamos el horno a 180º ( si es muy potente podemos dejarlo en 160º).
 Disponemos el aceite de oliva en un cazo junto a la monda de limón y la retiramos cuando o esté tostada. Terminamos de calentar el aceite a fuego moderado y lo apartamos  cuando empiece a echar humo.
             
Colocamos la harina en un bol y hacemos un hueco en el centro donde echaremos el aceite caliente poco a poco, removiendo con un cucharón de palo para que la harina se escalde en el aceite.
           
Cuando la masa de harina sea uniforme y haya asumido todo el aceite, le añadimos el aguardiente, el moscatel, 100 gramos de azúcar glass, el sésamo tostado, la ralladura de limón, el clavo y la canela removiendo todo para que se mezcle bien en la masa.
            
Estiramos la masas en la mesa de trabajo con un rodillo o una botella dejándola gruesa para que nos salgan unos roscos al gusto nuestro de grandes.  Cortamos círculos con ayuda de un vaso o un cortapastas y le hacemos el agujero del centro con un descorazonador de manzanas.
       
Disponemos la masa cruda en la fuente de horno con papel vegetal durante 35 minutos aproximadamente y cuando estén terminados y un poco templados, los rebozamos en el resto de azúcar glass.

             
Un consejo: si no tenemos a mano azúcar glass, podemos preparar nosotros mismos metiendo la cantidad que queramos en un molinillo y pulverizando hasta que sea fina como la harina. ¡¡¡¡¡¡Así de fácil…!!!!!!!!

Fotos: Lola Homar del blog lolacocina

martes, 4 de noviembre de 2014

ROSCONES DE CORTES DE LA FRONTERA

ROSCONES DE CORTES DE LA FRONTERA
Decía el famoso escritor argentino Julio Cortázar que los sueños eran su principal fuente de inspiración. En mi terreno, el de la cocina, los principales cocineros acuden a conferencias, exposiciones, mesas redondas y todo tipo de certámenes o eventos gastronómicos para conseguir esa idea o chispa que la genera. En mi caso la cuestión es mucho más simple pues con marcharme un día al pueblo me doy de bruces con el recetario más rico y representativo de mi tierra andaluza.
                La receta de los Roscones se puede catalogar dentro de las denominadas Frutas de Sartén pues en ella se retoma una técnica olvidada y en desuso en la que, pues tras un nombre tan sugerente como el de fruta de sartén, se esconden mil y una formas de presentación de dulces y postres que a día de hoy siguen estando vigentes y, si me apuran incluso de moda.  
               
Sin lugar a dudas, llamamos fruta de sartén a la masa compuesta a base de harina, agua, azúcar  y huevos que se fríen ayudados o no de diferentes moldes. Ejemplos existen muchísimos en nuestro recetario y podríamos citar a los borrachuelos a modo de botón de muestra de cómo una preparación es más común entre nosotros de lo que podría parecer a
simple vista. Roscos, rosquillos, hojuelas y hojeruelas, amarguillos de Ronda, orejas de carnaval, hojeretas, canutos, flores o floretas, forman un largo etcétera en el catálogo de dulces que se elaboran usando el mismo proceder y que la imaginación, en cuanto a su forma de ser fritos,  ha diferenciado entre sí además de  la composición de su bañado externo o relleno interior. También conocidas por el suculento nombre de chuparquías, se elaboran diferentes masas bañadas en miel en el norte de Marruecos, exactamente en la judería de Tetuán,  procedentes de los numerosos judíos que fueron expulsados de España (Sefarat para ellos) y que allí se afincaron conservando sus costumbres gastronómicas,  ligadas a la religión y sus fiestas que conmemoraban friendo estas frutas de sartén en la Pascua hebrea y que nosotros las tomamos como propias,  haciéndolas populares en Semana Santa o en la época en la que estamos de primeros de Noviembre con la festividad de Todos los Santos, cuando se marcharon expulsados de mala manera en un intento de hacer olvidar a éstos por los que se quedaron.


INGREDIENTES
Aceite de oliva 125 ml, Anís en grano, Agua 1 vaso y ½, Harina fina ½ Kg., Miel de flores, huevos (7 u 8)
                Disponemos 1 vaso de aceite (250 ml) y reservamos 1 y ½ de agua. Calentamos el aceite a fuego lento con granos de anís hasta que se tuesten, momento en que retiramos el aceite del fogón y sacamos los granos con una espumadera y agregamos el agua muy poco a poco para que no se suba y nos queme.
                 Echamos ½ kilo de harina fina en un bol y le agregamos poco a poco con ayuda de una varilla o un cucharón el preparado anterior de agua y aceite. Trabamos el conjunto con paciencia hasta que tengamos algo parecido a una bechamel bastante apretada.
                Con la masa fría rompemos siete u ocho huevos sobre esta y amasamos hasta que se haga homogénea pues haya admitido los huevos.
                Incorporamos la masa a la rosconera y apretamos con el émbolo de madera para que salga por el extremo estrecho en forma de estrella para freírla en abundante aceite como si de churros se tratara. En la misma sartén donde se están friendo, cortamos con una tijera a la medida que queramos y sacamos sobre una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
               
Calentamos a fuego lento miel de flores disuelta en una parte de agua por cada cinco de miel y rebozamos en ella los roscones.