miércoles, 4 de febrero de 2015

POLLO AL CURRY

¿Sabían que el curry en si mismo no es una especia, si no una mezcla de varios tipos de ellas a la que se le otorga ese nombre cuando se juntan? Ocurre lo mismo que con las orquestas sinfónicas, siendo cada instrumento que la componen capaz de sonar por su lado y a solas, pero cuando se juntan un montón de ellos de forma coordinada, alcanzan a tocar las más bellas melodías.
            Para algún lector avispado, lo que acabo de decir puede resultarle una barbaridad puesto que existe un árbol llamado Chalcas koenigii, perdón por el nombre pero es así como se llama, cuyas hojas secas resultan con un condimento llamado curry. No obstante, lo que conocemos nosotros no es esa especia por si sola, además contiene un buen
número de otras que deben ser mezcladas de forma equilibrada para resultar el producto que nosotros usamos. Dependiendo de la región de la India, incluso existen las recetas propias de cada familia, la composición del curry como nosotros lo conocemos contiene polvo de curry mezclado con cúrcuma, cilantro, pimienta, comino, cebolla seca, tamarindo, cardamomo, jengibre, nuez moscada, pimienta cayena, azafrán, fenogreco, canela, alcaravea, albahaca, celerí o mostaza. Casi nada. De todas formas, la historia de esto viene de muy lejos, siendo en 1889, con ocasión de la Exposición Universal de París, cuando los franceses decidieron fijar y oficializar la composición de esta especia importada por ingleses y holandeses. Los aderezos seleccionados fueron tamarindo, cebolla, cilantro, ají, cúrcuma, comino, fenogreco, pimienta y mostaza francesa.
            Como han podido observar, lo del curry es como la paella, cada uno le pone su toque personal. En lo que no podemos hacer interpretaciones es en el origen del nombre, puesto que proviene del término hindú “Kari”, que significa en español salsa, aunque en España alguno lo utilice para llamar a su esposa por ese nombre.
           
También es muy curioso que terminase llamándose curry un conjunto de tantas especias pudiéndose haberse llamado como cualquiera de sus otros componentes. Lo que ocurre es que cuando la Compañía de las Indias Orientales se decidió a comercializar el curry de forma similar a como había hecho con el té o la vainilla, pasó por alto, no obstante, un problema botánico comprometedor: el preciado aroma de las hojas del curry reside en una serie de alcoholes extremadamente volátiles y, desgraciadamente, esto hace que pierda su poder aromatizante a las 48-72 horas de ser separadas del tallo; por lo que los
exportadores cargaron las tintas en la mezcla de curry con otros condimentos al objeto de que perdurase su sabor. De tal forma, que el resultado final jamás sería reconocido como curry por un nativo. Tales mezclas son conocidas en la misma India por los que las fabrican por nombres como garam massala o sambhar podi, pero los ingleses prefirieron meterlas todas en un mismo saco y unificarlas bajo la denominación de curry. Para ser sinceros, en Málaga agradecemos muchísimo que se decidiesen por el nombre más corto, la verdad.  


INGREDIENTES

  
Aceite De oliva                      ½ cebolla                                   Curry, dos cucharadas
Harina fina                             3 rodajas de piña en su jugo
1 manzana                             1 plátano                                   Pimienta negra
Nata líquida, 2 tazones          Brandy                                      Dos pechugas de pollo
1 diente de ajo                       1 pimiento    


            La primera operación que vamos a hacer es la de trocear en medallones las pechugas de pollo. Tras esto, las marcamos en una sartén a fuego fuerte hasta que se doren. Cuando estén hechas, las reservamos.
            Troceamos la cebolla, el pimiento, la manzana, el diente de ajo, el plátano y las rodajas de piña y, utilizando la misma sartén donde pasamos las pechugas para aprovechar la grasa con sabor, pochamos la cebolla en primer lugar y, tras ésta, incorporamos los demás ingredientes. Cuando estén cocinados los flameamos con brandy y, una vez reducido el alcohol, añadimos harina fina para que absorba el exceso de aceite y le damos unas vueltas.

            Con el fondo de fruta y verdura pochado, agregamos dos cucharaditas de curry y la nata líquida, dejando que hierva un momento. Tras el hervor, batimos la salsa para triturarla, la rectificamos de sal y pimienta y la colamos por el chino hasta que nos quede muy fina. Una vez finalizado este proceso, vertemos de nuevo la salsa en la sartén y le añadimos los medallones de pollo para que cuezan juntos unos minutos.

            Finalmente, presentamos el plato con los medallones alrededor de una fuente y, en el centro, una torre de arroz cocido. Espero que les guste esta sencilla receta. Un abrazo.

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