El que avisa no es traidor y esta semana les advierto de antemano que voy a ser muy pesado. Algunos de los lectores habituales, que digo yo que alguno habrá, pueden pensar que eso no es ninguna novedad. De todas maneras voy a insistir hasta que me canse: el desayuno es la comida más importante que hacemos en el día y es de ello de lo que voy a intentar convencerles.
Por fin ha comenzado el curso escolar y a más de una madre no se le borra la sonrisa de la boca, por mucho que pretenda disimularlo. El inicio de un nuevo periodo para los niños, puede ser un buen motivo para implantar un hábito, el del desayuno, y podemos desempeñarlo como si de una nueva asignatura se tratase.
Para apoyar todo esto que voy a contarles, existe un dato que está constatado científicamente y es que en el desayuno debemos aportar casi un 25% de las calorías que necesitamos para echar el día adelante, pues tras varias horas sin comer nada debido al sueño, necesitamos echar gasolina urgentemente para que bien un niño rinda en el colegio o un adulto en su puesto de trabajo.
Sin ánimo de ser exhaustivo, me gustaría puntualizar los beneficios que reportan un desayuno correctamente realizado sobre una persona. Por ejemplo mejora la capacidad intelectual, mayor rendimiento físico debido al aporte de nutrientes que provoca una inmediata respuesta física a cualquier necesidad, también una persona que desayuna como Dios manda es más alegre que una que sale a la calle con un café “bebio”, como decimos por aquí, pues el nivel constante de glucosa en la sangre proporciona mensajes positivos al cerebro. Por otro lado está el aspecto estético referente a las dietas, pues un buen desayuno evita caer en la tentación de picar entre horas, lo que favorece al equilibrio en nuestro organismo.
Para conseguir que el desayunar sea una costumbre que no necesite de ningún esfuerzo por nuestra parte, debemos seguir unas pautas muy sencillas que han de empezar desde la noche anterior. En primer lugar es necesario aligerar la cena, lo que provocará que descansemos mejor pues la digestión será más cómoda y que nos despertemos con hambre. En España tenemos un dicho que nos explica este fenómeno de manera muy clara y es el que dice que “de grandes cenas están las sepulturas llenas”, y nos viene a describir lo contraproducente que es un hartazgo de comer antes de irse a la cama.
En segundo lugar, una vez dado por sentado el hecho de que no cenamos copiosamente, podemos adelantar la hora de levantar a los niños diez minutos, lo que proporcionará más tiempo para hacer un desayuno equilibrado. Otra cosa curiosa: hay personas que no pueden probar bocado nada más levantarse porque sencillamente no les entra, bien, pues para éstas podemos adelantar las acciones relacionadas con el aseo para así dar tiempo a que nuestro organismo se espabile antes de desayunar.
El propósito con el que cada semana me siento ante el ordenador para escribir es el de explicar una receta y su origen o vinculación con nuestra cultura. Esta semana, en cambio, no voy a darles ninguna receta propiamente dicha, si no más bien me gustaría guiarles para que en el desayuno de los niños en edad escolar, y para cualquier persona por supuesto, tengamos los ingredientes básicos para cubrir las necesidades básicas de nuestro organismo. Por este motivo, y como avisé al inicio de este artículo que iba a ser muy pesado con el tema, como sea que con el desayuno deberíamos meter en el cuerpo el 25% de las calorías que necesitamos, no deben faltar para que sea un desayuno completo los lácteos, los cereales y la fruta.
Con los lácteos proporcionamos proteínas de calidad, calcio y vitaminas A, B y D. Cuando hablamos de lácteos podemos citar a la leche, el yogur, la cuajada, el requesón…etc. El yogur puede ser un práctico recurso a utilizar para quienes no pueden conseguir que sus hijos se beban un vaso de leche por las mañanas siempre y cuando se acompañe de los demás ingredientes.
En relación a los cereales, conseguimos hidratos de carbono que nos van a proporcionar la energía necesaria, nos van a dar minerales y, por supuesto, fibra que nos regulará el organismo. Estos cereales podemos tomarlos en forma de pan, galletas, cereales de desayuno…etc.
Por último, una pieza de fruta nos hidratará y dará un aporte vitamínico muy necesario a nuestros hijos. Si además de todo esto, usamos derivados cárnicos en el desayuno del estilo del jamón de York, serrano o fiambre no demasiado graso como el de pavo, les estaremos proporcionando las proteínas necesarias para su formación constitucional. Así como si usamos para el pan aceite de oliva, tendremos una cantidad de grasa de calidad que nos regulará la grasa insaturada que seguro que los niños comerán en forma de chucherías o bollería industrial a lo largo del día.
Ecxelente,la importancia del desayuno sin sermonear.Con mesura y gentileza, razonar asi es mejor que apabullar con un serie de fatalidades por no empezar el dia con un buen desayuno. Dar inicio al primer alimento del dia de manera sustanciosa y sencilla con las recomendaciones que he leido es de agradecer.
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