En este espacio de tiempo en el que el verano debe ir acabando, pero éste parece que no quiere marcharse, el punto de maduración de un gran número de frutas es ideal para la receta que les traigo esta semana. De echo, la receta en si misma tiene muy poco misterio pero sería injusto dejar pasar la ocasión que se nos brinda en esta época del año sin comentarla, aunque la mayoría de nosotros sepa más o menos como se hace una macedonia de frutas.
NOMBRE DE ORIGEN INCIERTO
En primer lugar, aunque puedo explicarles como se hace, no puedo hacer lo mismo con su nombre, pues debo confesar que es muy incierto el origen del término “macedonia”. Lo primero que se viene a la cabeza, seguro que usted lo ha pensado, es que la macedonia es la esposa del macedonio obviamente, el problema es encontrarle un sentido a la aplicación de este término a un postre donde el secreto está en mezclar muchos tipos de frutas.
Aunque parezca una barbaridad lo de que la esposa del macedonio, podrían ir por ahí los tiros, pues dice la leyenda de esta receta que recibe su
nombre de las tropas que usó Alejandro el macedonio, las cuales estaban compuestas de soldados macedonios, griegos y bárbaros. Con toda esta variedad de orígenes se organizó una mezcla al igual que hacemos con la fruta, montando de esta guisa una “macedonia” al igual que Alejandro montó su ejercito.
POSTRE NUTRITIVO Y COMODO
Nombres aparte, el postre en cuestión no pierde ni un ápice de calidad ni categoría por mucho que su popularidad y fácil preparación nos inclinase a ello. Este postre es a la par refrescante y digestivo, sirviendo para su elaboración cualquier tipo de fruta de temporada, incluso las que están en almíbar. Para quienes son reacios a incluir fruta en su dieta diaria, con esta sugerencia encontrarán una manera ideal de aprovechar sus cualidades nutricionales.
Nombres aparte, el postre en cuestión no pierde ni un ápice de calidad ni categoría por mucho que su popularidad y fácil preparación nos inclinase a ello. Este postre es a la par refrescante y digestivo, sirviendo para su elaboración cualquier tipo de fruta de temporada, incluso las que están en almíbar. Para quienes son reacios a incluir fruta en su dieta diaria, con esta sugerencia encontrarán una manera ideal de aprovechar sus cualidades nutricionales.
En mi opinión, el secreto de su éxito está en que no hay que pelar la fruta. Con el pescado ocurre lo mismo, muchísimas personas se quedan con las ganas de comerlo en un restaurante con tal de no tener que pasar por el trago de que los vean limpiándolo. Precisamente, el famoso Josep Pla decía que si la gente no comía más pescado era para no enfrentarse a las espinas.
PARA MAYORES Y NIÑOS...
En cuanto a la receta en sí, podemos hablar de un cajón de sastre donde más o menos podemos echar
En cuanto a la receta en sí, podemos hablar de un cajón de sastre donde más o menos podemos echar
mano de lo que tengamos cerca y la temporada nos ofrezca, es por ello que esta semana no les indico ingredientes con los que guiarnos pues la preparación es muy elástica y se amolda a cualquier ingrediente que usemos en ella. Por mi parte, sólo me gusta diferenciar si la vamos a tomar en compañía de niños o no, pues si es con ellos el alcohol no debemos ni tocarlo aunque es un complemento que otorga una característica muy personal al postre. Dicen las malas lenguas que es este alcohol el que le ha dado la fama al postre y no el hecho de no tener que pelar la fruta, pero cualquiera sabe si es verdad o son sólo rumores.
VERSION INFANTIL:
Si el postre lo van a tomar niños, podemos coger melocotones en almíbar de gran calibre y darles un corte en la base para que se queden de pie, pues nos van a servir como recipiente de la macedonia. Tras esto, pelamos y troceamos en cuadraditos unas cuantas
Si el postre lo van a tomar niños, podemos coger melocotones en almíbar de gran calibre y darles un corte en la base para que se queden de pie, pues nos van a servir como recipiente de la macedonia. Tras esto, pelamos y troceamos en cuadraditos unas cuantas
peras, manzanas, plátanos, cerezas, naranjas y el resto de melocotones de la lata. Colocamos toda la fruta en un bol con unas gotitas de zumo de limón y le añadimos azúcar removiendo bien el preparado. Finalmente sólo nos queda rellenar el hueco de los melocotones con la fruta picada y dar un toque de nata montada sobre estos, que a los niños les encanta.
VERSION ADULTA:
Por otro lado, si el postre va a ser tomado por adultos, podemos usar distintos licores que le vienen muy bien a la fruta como el kirsch, el vino Málaga, el vino blanco, el brandy…etc. Una combinación muy sugerente es la compuesta por un plátano, un melocotón, un cuarto de kilo de fresas, un kiwi, una manzana, un limón, vino Málaga y azúcar. Su procedimiento es similar a la receta infantil, aunque en este caso pelaremos el plátano y el kiwi en rodajas, a las fresas le quitamos el rabo y la troceamos en cuadraditos y a la manzana y el melocotón lo descorazonamos y troceamos pequeñitos. Rociamos en un bol toda la fruta pelada con zumo de limón y espolvoreamos con azúcar, regándolas después con el zumo de la naranja y un chorrito de vino Málaga. Tras un par de horas de maceración, colocamos en copas de cristal.
Por otro lado, si el postre va a ser tomado por adultos, podemos usar distintos licores que le vienen muy bien a la fruta como el kirsch, el vino Málaga, el vino blanco, el brandy…etc. Una combinación muy sugerente es la compuesta por un plátano, un melocotón, un cuarto de kilo de fresas, un kiwi, una manzana, un limón, vino Málaga y azúcar. Su procedimiento es similar a la receta infantil, aunque en este caso pelaremos el plátano y el kiwi en rodajas, a las fresas le quitamos el rabo y la troceamos en cuadraditos y a la manzana y el melocotón lo descorazonamos y troceamos pequeñitos. Rociamos en un bol toda la fruta pelada con zumo de limón y espolvoreamos con azúcar, regándolas después con el zumo de la naranja y un chorrito de vino Málaga. Tras un par de horas de maceración, colocamos en copas de cristal.
Si no queremos sabores dulces y preferimos contrastes agridulces, podemos sustituir el vino Málaga y el zumo de naranja por vino blanco y unas gotas de kirsch, que es un aguardiente de cerezas muy utilizado en repostería. El resultado, en comparación a la receta anterior, es diferente al paladar pero muy acertado para una cena con tertulia de sobremesa, en cambio, la receta anterior es recomendable consumir en el almuerzo.
(La penúltima fotografía es de la página Muyingenioso.com)
(La penúltima fotografía es de la página Muyingenioso.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario