El del arroz con leche es un claro ejemplo de la paciencia y
constancia que se han de tener para alcanzar resultados en cocina y que está
implícito en toda receta tradicional. No es otro el secreto de este postre si
no el de que se ha de remover durante un largo periodo de tiempo para
aprovechar el almidón del grano y conseguir la total absorción del arroz cuando
se abre, así como de gozar de un grano suelto.
Con la receta de hoy, conseguimos un buen arroz con leche
sin necesidad de mantenernos en pie frente a la cacerola durante un siglo pues
adelantamos el proceso con la cocción previa del arroz y apoyamos al resultado final con la añadidura
del chocolate blanco, que nos ligará la receta y nos aportará untuosidad.
Como presentación, hay muchas sugerencias y depende del tiempo
que tengamos con la que usemos. La canela molida es un clásico, pero le vamos a
añadir virutas de chocolate y unas pasas moscatel si queremos así como un
caramelo que dispondremos al fondo del cuenco obtenido con la reducción de un
buen Málaga dulce y azúcar.
INGREDIENTES
1 litro de leche, 150 grs. De arroz, 1 rama de canela,
cáscara de 1 limón, 120 grs. De chocolate blanco, 6 cucharadas de azúcar,
canela molida, agua, virutas de chocolate blanco
Disponemos
dos cacerolas al fuego al mismo tiempo.
En una prepararemos la leche aromatizada que nos ha de
servir de base para cocer el arroz, con una rama de canela, la cáscara de 1
limón y un litro de leche que ha de hervir de forma suave.
En la otra cacerola cubriremos el arroz con agua y coceremos
hasta que el agua desaparezca, para
adelantar el proceso de cocción del grano y aprovechar el almidón que suelta,
momento en que incorporamos la leche aromatizada y le sacamos la cáscara de
limón para que se remueva mejor el arroz.
Cuando rompa a hervir de nuevo la leche, dejamos a fuego
lento unos 30 minutos y removiendo cada poco.
Cuando el arroz esté en su punto, añadimos el azúcar y
disolvemos. Tras esto, troceamos la tableta de chocolate y añadimos para que se
disuelva al calor de la leche y nos proporcione cremosidad a la receta.
Apartamos y servimos en cuencos que decoraremos con canela
molida, virutas de chocolate blanco que obtenemos rascando con un cuchillo la
pastilla y un cortecito de cáscara de limón o unas pasas moscatel al gusto.
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