lunes, 21 de mayo de 2007

NOCHE DE SAN JUAN


El calor lleva avisando desde hace tiempo, es una losa que comienza a pesar más de la cuenta. A casi todos nos sobreviene una duda mas o menos parecida, que no es otra que ¿Cómo será el mes de Agosto, si el de Junio está siendo insoportable? De todas formas, ahora tenemos el consuelo de que por fin ha llegado el verano y la temperatura es la propia de la estación. No obstante, no han de ser la canícula ni el terral quienes van a dar paso a esta época del año, sino las brevas de San Juan. Son estos frutos de la higuera las que inauguran el verano y anuncian con júbilo que tenemos permiso para comenzar el verano todos los españoles. En Málaga tenemos además de todo lo dicho, la Fiesta de la Biznaga, que junto a la anunciación de la llegada del verano de las brevas, ésta nos da autorización para disfrutarlo, como pistoletazo de salida.



EL TRIUNFO DEL BIEN SOBRE EL MAL
En la víspera de San Juan, realizamos toda una suerte de sortilegios, ritos y conjuros ayudados por el fuego que ilumina el bien sobre el mal; siendo el Verano el triunfo del primero sobre el segundo, que es el Invierno.
Estas costumbres están arraigadas desde hace muchos años y se basan en la forma de pensar y sentir de los hombres de antaño. Estos hombres pisaban tierra con más frecuencia que nosotros, los urbanitas, y era por ello que tenían como símbolos a objetos propios de la naturaleza, como por ejemplo el fuego. El fuego ha simbolizado la limpieza y la purificación de algo que se quiere erradicar por completo. Es con este fuego con el que se quema a San Judas, en su representación llamada en Málaga como “Júa”, y que a su vez cargaba con todas las culpas de un invierno pasado y que acaba de terminar. Con las hogueras típicas del Mediterráneo, y gran parte del litoral español, damos la bienvenida al Dios Sol y rendimos culto a su fuerza que hace madurar la fruta y las cosechas que permitirán hacer acopio para el próximo Invierno.



VELADA DE CULTO A LA FAMILIA Y LA AMISTAD
En la noche de San Juan, se pasa una página y la atmósfera se carga de un aire místico que nos impregna a todos por igual, siendo este el momento de las reuniones de amigos, padres, hijos y nietos para dar rienda suelta a las historias, los chascarrillos y anécdotas sanjuaneras que se nos ocurran o nos hayan ocurrido.
Existe mucha literatura sobre esa noche, además de muchísima creencia popular. Por ejemplo, se dice que la higuera y el helecho florecen estas noches. Quien posea una de estas flores será muy afortunado, al igual que quien vea florecer a la hierbabuena, siempre y cuando lo mantenga en secreto. También es popular la costumbre de lavarse las manos y la cara con agua del mar para mantener la belleza todo el año, pues las aguas están bendecidas por San Juan.
Pero, ¿porqué San Juan Bautista?. San Lucas narra en su evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de Junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. De el día 24 de Junio en seis meses, el 24 de Diciembre, estaremos celebrando el nacimiento del Redentor.


CELEBRAMOS EL NACIMIENTO DE SAN JUAN
Con la proximidad del solsticio del verano, el 21, la noche de San Juan ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa, extendiéndose por muchos pueblos de América Latina, uniendo lo religioso y lo pagano.
El día 24 de Junio, se conmemora el nacimiento de San Juan, hecho paradójico puesto que de los santos lo que se celebra en el recuerdo es el día de su muerte. San Agustín hace la observación en sus escritos acerca de que con San Juan se hace una excepción, porque fue santificado en el vientre de su madre y vino al mundo sin culpa. Además decía que era digno de celebrarse, ya que fue motivo de inmensa alegría para la humanidad tener entre sus miembros al que iba a anunciar a su Redentor.


EL SIMBOLISMO DE LA HOGUERA
En relación al símbolo de las hogueras, y continuando con el punto de vista religioso de este fenómeno, se cuenta en el evangelio de San Lucas que el padre de San Juan, Zacarías el sacerdote, dudaba de que su mujer, Isabel, estuviera en cinta y por ello perdió la voz. Sin embargo, al nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como lo había predicho el ángel Gabriel. Rebosante de alegría, encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia.
En resumidas cuentas, no es casual la coincidencia entre el ancestral culto solar y San Juan Bautista. El personaje es de una gran talla histórica a similitud de un Sol menor que abre camino al gran Sol que será Cristo, con la firmeza que hizo temblar al mismísimo Rey Herodes.
Con todas estas interpretaciones, divinas y humanas, podemos extendernos aún mas, aunque hoy en día se nos antoja muy lejano para nuestra cultura y modo de vida. La noche de San Juan se ha convertido en una excusa lúdica, para pasar una velada de lo más evocadora donde, con tan solo el abrigo de la juventud, hemos pasado noches al raso contemplando la luna y su reflejo sobre el mar. En estas noches, hemos anhelado mirarnos en el espejo del amor correspondido, por quien era objeto de nuestros suspiros y andanzas; siendo el embrujo de una fogata en la playa un inmejorable aliado.
LA MORAGA. TRADICION MALAGUEÑA POR SAN JUAN
Pero como de la tierra procedemos, hemos de volver a poner los pies en ella y usar una lógica aplastante, que nos indica que sin un cuerpo feliz no puede haber un espíritu feliz, por tanto, debemos preparar una suculenta cena que de paso a todo lo anteriormente descrito. Para ello, hemos de organizar una moraga como “Dios manda”, nunca mejor dicho.
Realmente, ¿hay un menú de moraga?. Modestamente, he de reconocer que salvo las brevas de San Juan, una moraga no difiere mucho gastronómicamente de lo que podría ser un día de playa cualquiera.
Al igual que cuando hablábamos de las romerías, este tipo de preparos son de horas previas donde su majestad los empanados es custodiada por los príncipes adobos o la princesa tortilla de patatas. ¿Qué podemos llevarnos a una moraga? Estas reuniones pueden ser de dos tipos, a escote o cada uno lleva algo de casa preparado. Con la primera opción, corremos el riesgo de que quien se encargue de hacer las compras necesite contratar los servicios del cobrador del frac para recuperar su inversión, puesto que algunos amigos pueden pretender elevar al rango de familia, haciéndole actuar de “primo”. Con la segunda opción necesitamos una buena organización, ya que es muy probable que al reunirnos y abrir los “tuppers” descubramos que nos hemos juntado alrededor de cincuenta y seis filetes empanados para diez personas y no hay un solo pincho de tortilla.

En realidad, desde el tomate picado, hasta los pinchitos adobados, pasando por la tortilla de patatas, todo vale para estas ocasiones. Por eso me voy a permitir apuntar una posibilidad de orientación en lo que podría llamarse menú de San Juan para moragas. Este debe constar de ensalada, tomate picado, pipirrana…etc., una tortilla de patatas, cuanto más grande mejor y de cebolla, unos pimientos fritos, por supuesto unos pinchitos y como dije antes, el filete empanado para los niños y para el mayor, que no puede esperar a que se hagan las sardinas, que no las he nombrado aún, pero se presuponen. En la barbacoa podemos hacer volar la imaginación en cuanto a preparar pinchitos y brochetas. A modo de ejemplo, podemos preparar brochetas de magro de cerdo con piña natural, de langostinos y jibia en tacos, de ternera con champiñones, kiwi y pimientos verdes, de salchichas frescas y manzana envuelta en bacon, de pollo con dátiles y champiñones frescos, de rape en tacos y tomatitos Cherry o también brochetas vegetales con alcachofas, pimientos, cebollas y calabacines.

Como postre, es imprescindible probar unas brevas, cuanto más fresquitas estén, mejor. En cuanto al maridaje, arte mediante el cual escogemos la mejor combinación de vino para cada alimento, lo mejor es el insustituible tinto con casera, o también la peligrosísima sangría, y como no, la nevera de playa repleta de latas de cerveza cuyo peso puede alcanzar, con el hielo y todo, alrededor de la ½ tonelada.

Sea cual fuese la opción que escojan esa noche, no dejen pasar la oportunidad de disfrutar de ella en compañía de seres queridos y amistades afines. Y, por favor, rían todo lo que puedan que la cosa no está para desaprovechar oportunidades. Que ustedes lo pasen bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario