domingo, 5 de agosto de 2007

ESPUMA DE MALAGA VIRGEN


ESPUMA DE MALAGA VIRGEN
La que se acerca, es la época más peligrosa para la integridad de una familia. Casi podemos acariciar con los dedos el momento en que con una sonrisa de oreja a oreja, discutiblemente sincera, nos despidamos de nuestro jefe y de nuestros compañeros con la firme promesa de llamarnos durante las vacaciones para vernos un día y salir a tomar algo, promesa que no se cumple por ninguna de las partes.
Efectivamente, llegan las vacaciones y las expectativas son muy grandes. De pronto el despertador no suena y la obligación no nos atosiga. Puede parecer perfecto no tener que trabajar y poder disfrutar de la compañía de familiares y amigos sin tener que mirar el reloj. Pero es ahí donde está el problema; la rutina diaria y las apreturas de horario no nos permiten pasar más tiempo que el imprescindible con nuestra pareja e hijos y cuando realmente si tenemos tiempo, hay casos en los que es contraproducente, debido a que descubren que un periodo más largo que el fin de semana, al que ya tenemos el cuerpo hecho, es insoportable en compañía de una mujer o un marido con el que no se tiene nada más en común que el tirar para delante de una familia y con unos hijos con los que el tiempo de convivencia, destapa problemas de comunicación y compatibilidad.
La mujer no para de quejarse porque para ella no hay vacaciones y con todos en casa tiene el triple de trabajo (más razón que un santo). Los niños, si son pequeños, no paran de pelear y no se entretienen con nada. Si son grandes, dicen que se aburren con sus padres y ponen la cara larga allá donde los lleves. Si son pequeños, no estamos libres de que alguno enferme justo en esta fecha; pero si son grandes corremos el riesgo de que se echen novia y no quieran salir de veraneo por no dejar de verla.
Volviendo a la pareja, al no tener obligación de salir a trabajar, para salir a la calle necesitamos pasar un interrogatorio digno de la CIA; por ello no salimos y decidimos echar mano de la lectura y no dejamos de dar vueltas con un ejemplar del “Código da Vinci” bajo el brazo, con la firme intención de leerlo en el verano porque un amigo nos dijo que su cuñado le contó que estaba muy bien. En realidad no pasamos de la página 125 porque en el salón no se puede leer ya que están viendo Operación triunfo a todo volumen. Por tanto, descartamos lo del libro y decidimos visitar el museo Picasso, porque es increíble que en Japón lo haya visto todo el mundo y nosotros, viviendo en Málaga, no lo hayamos hecho. Realmente, no hay quien vaya al museo después de comer por el calor y antes de comer tampoco, porque no hay quien madrugue. Total que nada de nada.
De todas maneras, esta es una visión muy extrema y estoy seguro de que ninguno de los lectores pasará por ello. No obstante, les voy a proponer un postre para que comiencen de manera dulce el mes de Agosto y que esta caricatura apocalíptica de familia no sea la suya. Mi consejo es que dediquen los dos primeros días a descansar físicamente y el resto que no se marquen muchos objetivos, pues sería un modo de estresarse como cualquier otro… y no es plan. Además, precisamente en vacaciones nosotros somos los únicos de España que no tenemos problemas, pues ya estamos en Málaga. Que disfruten.
INGREDIENTES4 huevos, Un chorrito de Málaga Virgen, 150 grs. de azúcar, 125 grs. de nata montada.
Primero separamos las yemas de las claras. En un cazo, disponemos las yemas con el azúcar y sin dejar de remover, encendemos un fuego muy suave y dejamos que la mezcla se torne esponjosa, lisa y untuosa, cuidando muy mucho de que no rompa a hervir en ningún momento pues se cortarían y se estropearía el postre. Una vez obtenida esta textura, apartamos del fuego y añadimos el chorrito de vino poco a poco removiendo hasta que la mezcla espese, es conveniente no excederse en la cantidad de Málaga mas allá de la que la salsa nos admita sin perder el cuerpo.
Mientras la mezcla se enfría, batimos las claras a punto de nieve muy firmes añadiendo un poco de sal para ayudar la operación. En cuanto que tengamos ésto, mezclamos cuidadosamente para que no se bajen, la nata montada, las claras a punto de nieve y las yemas ligadas, exclusivamente cuando estén frías.
Finalmente, repartimos la espuma en copas de cava, o de cóctel si tenemos, y las introducimos en la nevera para servir lo más frías posible. Les recomiendo decorar con unas hojitas de hierbabuena fresca y, si pudiesen, una flor de jazmín.

2 comentarios:

  1. Como te he comentado en facebook esta receta la preparo segurísimo, tiene una pinta fantástica y le sabor tiene que ser espectacular, besos

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  2. Es muy sencillo y resultón.
    Para decorar, si te apetece, la miel de caña le viene genial. También puedes añadirle una hojas de gelatina a un Málaga Virgen con unas uvas o pasas y, cuando cuaje en el fondo de la copa, incorporar el mousse encima como en la foto y te queda que te aplaudirán.
    Un saludo

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