Todo esto viene a colación de una conversación que tuve hace poco con un amigo entrado en años que me decía que en los sesenta cuando alguien te veía y te decía que estabas más gordo era un halago difícil de devolver que te llenaba de alegría y tranquilidad. Al contrario, hoy día poco más o menos que nos atraviesan con un puñal si alguien se le ocurre decirnos tal cosa. Parece broma pero es así.
Siguiendo con el tema de las dietas, debemos reconocer que, en general, son difíciles de seguir. Seamos sinceros, ¿quién lleva a rajatabla las indicaciones, proporciones y medidas que marca una dieta?; en las revistas las tenemos a cientos, las amigas, las primas, las vecinas y las hermanas se pasan entre sí regímenes que le han dicho que a la amiga de la vecina de su amiga le fue bien… ¡cualquiera sabe! Pongamos como ejemplo la dieta de la alcachofa, la de la manzana, la de todo el día a piña, la de la herboristería…y un largo etcétera que convertirían esta colaboración en un tratado a caballo entre prensa científica y prensa rosa, pues si una dieta está entre los horóscopos y un test para saber si tu novio es fiel, ¿cómo lo podríamos tomar en serio?
Por otro lado está quien usa en serio los consejos de un médico y se come todas las lechugas con rosada plancha del mercado pero, a la hora de la merienda, le entra ansiedad y acaba con los mantecados que sobraron las pasadas navidades.

INGREDIENTES
Aceite de oliva,1 Cebolla, 1 Morcilla de Ronda, ½ litro de caldo, ¼ ltr. salsa de tomate, 500 grs. De habas, 500 grs. De guisantes, 3 o 4 alcachofas grandes

En una sartén antiadherente, prepararemos aceite de oliva a calentar y echaremos la cebolla cortada lo mas finamente que podamos y troceada muy pequeña. En cuanto que esté pochada le añadimos la salsa de tomate y mojamos con el caldo hasta que reduzca un tercio de su volumen, momento en que echamos las verduras y dejamos hervir un poco más.

Seguidamente, tras haber calentado las verduras en el preparado, cortamos en rodajas la morcilla y la ponemos en la sartén sobre el guiso, dándole unas vueltas para que suelte sabor durante unos cinco minutos. Es recomendable servir enseguida, además de acompañarla de unos triángulos de pan tostado que le vienen muy bien.
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